Los japoneses tienen la creencia de que las
personas predestinadas a conocerse se encuentran unidas por un hilo rojo
atado al dedo meñique. Es invisible y permanece atado a estas dos personas sin importar tiempo, lugar o
circunstancias.
El hilo existe independientemente del momento de sus vidas en el que las
personas vayan a conocerse. El hilo puede enredarse o tensarse, pero nunca
puede romperse.
Una leyenda sobre este hilo rojo cuenta que
un anciano que vive en la luna, sale cada noche y busca entre las
almas aquellas que están predestinadas a unirse en la tierra, y cuando las
encuentra las ata con un hilo rojo para que no se pierdan.
El abuelo de la Luna ata un hilo rojo en la muñeca de cada
niño que nace; ese hilo está atado a muchos hilos, que a su vez sujetan las
muñecas de todas las personas con las que ese niño está destinado a encontrarse.
Según esta
creencia, el hilo rojo, es el hilo invisible que nos acerca a todas las
personas en esta tierra y lo que nos une a pesar de las dificultades, bien sean
familiares, amigos, vecinos o conocidos. Nunca se sabe a quién podemos
encontrar en nuestro camino.
Ojalá los niños
desaparecidos que sobrevivieron de las inundaciones del Vallés, tengan ese hilo
rojo atado en la muñeca que les lleve a encontrarse algún día con sus familias
de origen.
Ojalá nuestro hermano lleve atado ese hilo rojo del
destino que nos conduzca al final de nuestra búsqueda.
Hay hilos que sirven para cerrar el círculo. Pero, mientras tanto sirven para dar continuidad y sentido. Se trata de estar agarrado a ese hilo que hace de guía.
ResponderEliminarEso intentamos José Antonio, no soltarnos de él y seguir en el empeño, y confiar que nos haga de guía, confiar en que todo lo que el supuesto azar nos ha puesto en el camino por fuerza ha de tener algún sentido...
ResponderEliminarMuchas gracias por tu apoyo.
qué lindo mito, el universo no trabaja en vano...muchos besos
ResponderEliminarMuchas gracias. Eso esperamos!!
Eliminar